Sonrientes o tristes; aburridos o festivos: los emojis prestan sus rostros multicolores para reflejar todo tipo de emociones, desde los teclados de los dispositivos móviles de todo el mundo.
Pretenden llegar a fomentar el entendimiento universal, como si del antiguo esperanto se tratara, y facilitar la comunicación entre personas que, a primera vista, no tienen nada en común.
Son expertos en romper barreras y, por eso, hacen su particular reflejo de algunas discapacidades. Sillas de ruedas, invidentes que caminan con seguridad, audífonos perros guías o prótesis, son la particular manera de reflejar a un gran porcentaje de la población a golpe de teclado.
Un pequeño gesto que supone un gran paso para hacer visible la diversidad de la población mundial.